Es una infección del conducto auditivo externo, que se extiende desde la capa más externa del tímpano hasta el pabellón auricular.
Suele ser provocada por el uso de hisopos, u otros objetos, que las personas utilizan para limpieza del oído, lo que ocasiona traumatismos en la piel del conducto auditivo externo, generando infecciones por bacterias y hongos.
El síntoma principal es el dolor, acompañado de sensación de oído tapado y presencia de secreción.
El tratamiento consiste en el uso de medicamentos, limpieza realizada por un Otorrinolaringólogo y mantener el oído seco.
Esta infección se vuelve potencialmente peligrosa si se presenta en pacientes con enfermedades degenerativas, crónicas y que comprometen el sistema inmune, tales como: hipertensión arterial, diabetes, artritis, lupus, cáncer, entre otras.
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