Linfadenopatía tuberculosa en cuello

El cuello es una región anatómica por la que atraviesan diversos elementos musculares, nerviosos, vasculares y linfáticos, presenta relación directa con la mayoría de los sistemas fisiológicos del ser humano (digestivo, respiratorio, nervioso, endocrino) por lo que se convierte en un área de vital importancia en el estudio de múltiples manifestaciones patológicas propias y distantes.
Los tumores en cuello, en ocasiones menospreciados o inadvertidos por falta de sintomatología, constituyen toda una gama de posibilidades diagnósticas para el médico, que abarcan patologías tanto benignas como malignas.
Los tumores más frecuentes en cuello son las linfadenopatías, que se manifiestan como aumento de tamaño, número o alteración de la consistencia de los ganglios linfáticos, causada por la invasión o propagación de células inflamatorias o neoplásicas dentro del nódulo. Pueden ser: localizadas (75% de los casos), es decir sólo afecta un nivel, o generalizadas (25%) cuando dos o más niveles no contiguos están afectados.
Una de estas posibilidades diagnósticas en nuestro medio es la tuberculosis, situación que en múltiples ocasiones es inadvertida al pensar exclusivamente en causas de origen embriológico o neoplásico en la evaluación de nódulos en cuello. Sin embargo, un 5% corresponde a tuberculosis extrapulmonar (renal, ganglionar y pleural).
Los ganglios comprometidos usualmente son tumores indoloros, de crecimiento lento que pueden relacionarse con fístulas secretoras, generalmente en ganglios laterales de la porción media del cuello. El drenaje puede durar meses o años alternando con periodos de cicatrización.
Los ganglios linfáticos cervicales pueden formar masas multinodulares (escrófula) con grandes zonas de necrosis central y granulomas, puede confundirse con un carcinoma metastásico en el adulto.
Las tumoraciones cervicales de nuestra paciente, con tratamiento adecuado, al momento se encuentran en remisión.
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